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Camino de Santiago
El Camino de Santiago fue catalogado por el Consejo de Europa como el “Primer Itinerario Cultural Europeo” en 1987 y, en 1993, por la UNESCO como "Patrimonio Mundial de la Humanidad". Nos encontramos ante un camino que alcanzó una dimensión mundial ya que atrae a millares de personas desde distintos puntos del planeta a la capital de Galicia. Sea cual sea el motivo de la peregrinación (religioso, paisajístico, cultural, ocio) o el medio utilizado (a pie, bicicleta, caballo, burro, etc.), al tener decidido peregrinar a Santiago de Compostela por el Camino Francés, obligatoriamente se cruzarán tierras samoenses.
Hay diferentes tipos de señales para indicar el camino, desde las más antiguas como son los miliarios, utilizados ya por los romanos aunque en aquella época eran cilindros de piedra y hoy son marcos con el símbolo de la concha y la inscripción de la distancia que hay hasta Santiago, hasta los más modernos como las flechas y conchas amarillas y las señales metálicas que podemos ver, principalmente, en las carreteras o en los caminos asfaltados. Otro buen indicador son las iglesias del camino.
Le debemos al clérigo Elías Valiña Sampedro la señalización de todo el camino francés desde el año 1984, señalizó con flechas amarillas o toques amarillos cada desvío, especialmente donde no había espacio suficiente para dibujar una flecha completa y, además, el apunte kilométrico. En el camino aparecen las flechas amarillas en muy diversos lugares: en piedras, suelo, quitamiedos, en las casas, muros, farolas, árboles...
El peregrino observará que el camino se bifurca tras salir de Triacastela: está el camino por las aldeas del Norte (por San Xil), que consta de 18'37 Km. de recorrido por el ayuntamiento de Samos, y el Camino Sur, que pasa por el pueblo de Samos y tiene 24'5 Km. de recorrido. Ambos caminos son itinerarios homologados.
Es muy importante tener en cuenta para el caminante que a lo largo de los dos tramos del ayuntamiento de Samos encontrará muchas áreas recreativas o de descanso para que el peregrino recupere fuerzas mientras se deleita con la belleza paisajística.
El Camino por las aldeas del Norte del Ayuntamiento de Samos:
Tras dejar el pueblo de Triacastela cruza la carretera, sigue el camino cara a la aldea de A Balsa que es la última del ayuntamiento de Triacastela y se adentra en San Xil, población perteneciente ya al ayuntamiento de Samos.
En San Xil do Carballo se encuentra la fuente de “Os Lameiros” con forma de concha gigante y una capilla que alberga un cáliz del S.XVI.
Siguiendo el camino se atraviesa la Fócara, en el Km.124, y O Real, en el Km.123. Después sube al Alto de Riocabo (896 m.), con una pendiente del 7%, por un camino que alterna tierra con piedras. A unos 3 Km. se llega a Montán, lugar donde se divisan altos muros de piedra y hermosos robles carballos y donde se puede visitar la iglesia.
Continúa por Fontearcuda, donde se pueden ver, en el Km. 121'5., unas rocas donde los peregrinos dejan sus pensamientos (cruces, inscripciones, objetos..) pero, al ser el Camino Francés Patrimonio Mundial de la Humanidad, está protegido y por lo tanto prohibido escribir en ellas.
Y, al dejar atrás Casa do Franco, se llega a la carretera de Samos hacia Pintín y Sarria que al cruzarla, en el Km. 121, encontramos la última aldea de Samos en el camino, A Furela. Y ya se adentra en el ayuntamiento de Sarria por las aldeas de Pintín, Calvor y A Aguiada hasta la villa de Sarria.
En la localidad de A Aguiada se unen el camino del Norte y el del Sur.
Web de la Xunta del Camino Francés por San Xil: https://www.caminodesantiago.gal/es/planifica/las-rutas/camino-frances/etapa-triacastela-sarria-por-san-xil?vid=V1
El Camino Sur por Samos:
Cuando el peregrino opta por esta ruta se sorprende por la espectacularidad paisajística y sus impresionantes árboles que parece que adquieren forma de personajes mitológicos gallegos y tendrá la sensación de que le dan la bienvenida. No menos majestuosos son los monumentos que se encontrará en el ayuntamiento de Samos y, en especial, en el propio pueblo homónimo.
Desde Triacastela el camino sigue por la carretera LU-633 durante 4 Km aproximadamente, atravesando el desfiladero de Penapartida, donde sorprende la grandiosidad de las rocas y la vegetación, hasta llegar a San Cristovo do Real.
Penapartida cuenta con un paisaje especial, es donde se encuentran las sierras de Oribio y A Meda separadas por el río Sarria (o río Oribio). Cuenta con cascadas espectaculares y vegetación autóctona con infinidad de arándanos, acebos, castaños, robles, escobas (cytisus),etc. En el río se pueden pescar truchas y peces, previo pago del coto, en los tramos que no sean de pesca libre.
Una vez terminada la parte asfaltada se adentra en el Camino Real o del Oribio, en San Cristovo do Real. Recibe este nombre porque era el camino que utilizaban los reyes para acceder al monasterio.
A la vera del camino se observa, a la izquierda, la iglesia románica del S.XII de tres naves. Lo más destacable es su retablo barroco del S.XVII, estilo naif, de un sólo cuerpo y con cuatro columnas salomónicas. El retablo fue restaurado gracias al interés de los vecinos que buscaron la ayuda necesaria. Todavía se pueden ver restos de los frescos en las paredes. Otro motivo por el que se debe visitar este templo es por su integración en el entorno ya que el río Sarria divide este núcleo urbano típicamente gallego donde parece que se paró el tiempo. Siguiendo el trayecto, a la derecha, se cruza el puente que está justo frente a la iglesia. También a la izquierda se puede ver un antiguo lavadero. El suelo en este lugar es de cemento pero pocos metros más adelante vuelve a ser de tierra, sobre todo a su paso junto al cementerio que queda a la izquierda.
Para quien quiera alojarse en el albergue público de la Casa Forte de Lusío, ubicado en un antiguo pazo en el que nació el matemático Vicente Vázquez Queipo, aquí se encuentra el cartel indicando el desvío y que guía al peregrino por una pequeña senda que atraviesa el río hasta llegar al albergue.
Llegados a este punto el camino se estrecha, como si la naturaleza lo protegiese. El entorno de esta ruta, que lleva a la capital del ayuntamiento, es más hermoso debido a la presencia del río que permite ver un paisaje mas variado y sorprendente. Además tiene la ventaja de poder caminar entre los impresionantes árboles que protegen al peregrino de posibles golpes de calor.
Tras cruzar el puente se ve, a la izquierda, el molino del Piño de Renche.
Se sube una pequeña cuesta hasta adentrarse en la aldea de Renche, a la derecha está la iglesia de Santiago de Renche, con vestigios románicos. Esta iglesia está dentro del cementerio, algo muy habitual en Galicia aunque la gente forastera se sorprende al verlos tan integrados en los núcleos de población. Sube una cuesta hasta llegar a la carretera donde se gira a la derecha. Se puede descansar en los bancos aledaños a la carretera y a la sombra de los árboles antes de seguir hacia Lastres.
Al retomar el camino empieza un descenso, cruza un puente y, luego, una pequeña subida y ya se llega a la aldea de Lastres. El camino se estrecha al pasar junto a una hermosa casa cubierta de hiedra, a partir de aquí la naturaleza es fascinante y el caminante se sentirá protegido por el envolvente paisaje.
La siguiente parada es Freituxe, donde también hay un área de descanso a la izquierda. Un poco más adelante, tras subir una leve cuesta, rodeando un muro descubrimos la capilla.
Posteriormente el itinerario transcurre por este lugar al tiempo que desciende un poco y gira a la derecha. Continúa bajando por un camino de piedras y tierra, atraviesa un puente, gira a la derecha y, al subir, se llega al núcleo de San Martiño do Real. Existe la leyenda de que aquí hubo un antiguo monasterio edificado por el rey asturiano Fruela I (759).
Hay una iglesia románica de finales del S.XII con reformas en el frontal. Dispone de canecillos románicos, cabezas de caballos, carneros, figuras humanas y geométricas; conserva pinturas al fresco en su interior. La fachada es lisa pero destaca la ventana del centro. La nave es de planta rectangular y cuenta con un cabildo a la entrada. El ábside, en el exterior, se divide en tres tramos de pilastras de poco resalte. El muro de tambor está ciego y en los costados de la nave se aprecian las saeteras. Aquí se observa otro ejemplo de cementerio alrededor de la iglesia en medio de la aldea. Subiendo unos metros se pasa por el túnel hasta ver la carretera, cruza dicha carretera y empieza el descenso hacia el pueblo de Samos.
Llama la atención la vista a la hermosa capital con sus monumentos desde que se llega a la muralla de clausura del S.XVI que rodea al valle y que continua hasta las primeras casas. Se atraviesa Samos descendiendo por un camino empedrado hasta llegar al centro del pueblo donde se encuentra la “Casa do Concello” (el Ayuntamiento), el centro de salud y la torre del reloj. La torre fue construida en 1.801 para albergar el antiguo reloj del monasterio del que hay que destacar su hermoso péndulo, en él se ven las figuras de un monje con un compás y un herrero con un martillo trabajando.
Si se decide visitar la Abadía (S.VI), la Capilla del Ciprés (S.IX), la muralla tardorromana o el Paseo del Río hay que girar a la derecha.
La Abadía de S. Julián y Sta. Basilisa conserva restos de una iglesia románica del S.XII, la portada, fachada y escaleras de caracol. Los dos claustros llaman la atención del visitante. El claustro pequeño o de las Nereidas es del S.XVI, de estilo gótico tardío con bóveda nervada de granito que cubre toda la planta baja; en el centro dispone de una fuente barroca llamada “de las Nereidas” del S.XVIII. Es en este claustro, en una de las claves que unen los nervios de la bóveda, donde el visitante puede observar el célebre medallón con la inscripción “Qué miras bobo”, grabada por el maestro de obra del claustro, el cantero monfortino Pedro Rodrígues. El claustro grande (S.XVII) de estilo clasicista es uno de los más grandes de España (55x55m. aproximadamente), alberga una estatua en el centro del padre Feijóo, obra del escultor Francisco Asorey. A la entrada de este claustro hay pinturas murales sobre la vida de S. Benito de Nursia de los pintores José Luis Rodríguez, Enrique Navarro y Celia Cortés. La iglesia es del S.XVIII, de estilo clasicista; de planta basilical con tres naves, cruceiro y airosa cúpula alberga 13 retablos de diferentes estilos: renacentista, barroco y clasicista, con magnificas tallas de Moure, Ferreiro y Gambino y un enorme órgano con tres fachadas que a día de hoy nutre de majestuoso sonido la misa solemne y los propios conciertos.
A raíz de la adopción de la regla de S. Benito el monasterio se ocupa de dar hospitalidad a los peregrinos desde el año 960 hasta nuestros días.
La capilla del ciprés o del Salvador (S.IX) de estilo prerrománico con muchas características mozárabes y con pinturas al fresco de influencia astur. Junto a la capilla está el ciprés milenario de 25m. de altura y 3'5m. de perímetro, catalogado dentro de los “árboles monumentales de España”.
Dispone de un área de descanso en la zona norte donde también se ven los restos de la muralla tardorromana de la que, por suerte, todavía se conservan algunos metros. Al otro lado de la capilla se encuentra el río, lugar donde poder refrescarse y que permite caminar por el Paseo del Rio que llega hasta la carretera que, al cruzarla, se comunica con el paseo que bordea al monasterio y desde donde se ven el acueducto y la huerta. Cuenta con bancos desde los que se puede admirar la Abadía.
La ruta jacobea continúa por la carretera atravesando el pueblo dirección Sarria y pasa por delante del monumento al peregrino, donde todos se hacen la foto.
Siguiendo el camino, a la izquierda está el área de descanso de Foxos que es conocido como el museo de la piedra. Desde aquí hasta Santiago quedan 128 Km.
Unos 600 m. más adelante tenemos, a la izquierda, el área recreativa de Teiguín con pistas deportivas y piscinas. Y unos pasos más adelante, más o menos a 25-50m., a la derecha encontramos la capilla de Sto. Domingo de Teiguín que es del S.XVIII y alberga un retablo barroco con Sto. Domingo de Silos.
Continúa por un sendero anexo a la carretera LU-633 donde una señal amarilla en el suelo indica que el camino va por la derecha. Tras sobrepasar el mesón de A Pontenova hay una señal indicando el camino hasta la iglesia de Santalla de Pascais. Éste camino podemos decir que está “encajado” por tratarse de una senda muy estrecha y hendida en el terreno hasta llegar a la pista que une el lugar de Aroxo y la aldea de Pascais.
La iglesia de Pascais, de Sta. Eugenia , es románica (S.XII) con un magnífico retablo barroco; otro ejemplo más de iglesia con el cementerio integrado.
El panel y la flecha de Gorolfe y Vilachá indican el sentido a seguir.
Hay flechas amarillas sobre algunos muros que en ocasiones no se distinguen muy bien pero no se preocupe porque desde hace siglos las iglesias siguen siendo unas de las mejores señales de la ruta jacobea. Una de esas señales indican que desde este punto faltan 114 km. hasta Santiago.
Tras pasar la iglesia de Pascais la senda continúa hasta Gorolfe, lugar en el que se puede ver una pequeña cascada en el río Oribio y una capilla. Desde ahí el camino sale a una pista asfaltada y que va alternando tramos de tierra con tramos asfaltados hasta llegar a Veiga de Reiriz.
En la aldea de Veiga de Reiríz también se alterna camino de tierra y asfalto disfrutando del paisaje. Tiene una iglesia románica del S.XII dedicada a S. Esteban con un hermoso ábside pentagonal y espadaña. En el interior alberga un retablo barroco de un sólo cuerpo con columnas abalaustradas. Las imágenes son de Sto. Esteban, Sa. José y Sta. Lucía.
La última aldea del ayuntamiento de Samos por la que pasa es Sivil. Después Perros y a continuación Calvor que ya pertenecen a Sarria.
Web de la Xunta del Camino Francés por Samos: https://www.caminodesantiago.gal/es/planifica/las-rutas/camino-frances/etapa-triacastela-sarria-por-samos
Información sobre el documento
Plaza de España N°1 – 27620 Samos - Lugo (Galicia)
Teléfono: 982 546002
E-mail: concellosamos@concellosamos.gal
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